Kopimashin es una curiosa “máquina de piratear” creada por uno de los fundadores de The Pirate Bay, Peter Sunde, después de salir de prisión tras una condena de dos años por violación de derechos de autor.
Kopimashin está creada sobre la base de una Raspberry Pi y una pantalla LCD, y está programada en Python. Su función es generar copias infinitas de la canción “Crazy” de Gnarls Barkley, algo que realiza a un ritmo de cien copias por segundo.
El objetivo de Sunde no es piratear sino demostrar a la industria musical lo absurdo de “poner valor a una copia” y lo erróneo de establecer un perjuicio económico por ellas.
Un argumento recurrente sobre el que se han construido todas las legislaciones de derechos de autor y que algunos países llegan al extremo de considerar ilegal la copia de un disco realizada por un usuario que ha pagado religiosamente por el original.
Según el argumento de una parte de la industria musical, la actividad de la máquina de Sunde estaría generando a la industria pérdidas de 10,8 millones de dólares diarios, cuando las copias de Kopimashin aunque son reales, no se almacenan, ni se distribuyen, ni se escuchan, ni se comparten, y obviamente no suponen perjuicio económico alguno.
Después de dos décadas de perseguir a portales web, sitios de intercambio de archivos y también usuarios individuales, el éxito de Spotify o Netflix están demostrando cómo los servicios asequibles y accesibles de distribución de contenido en streaming, son la mejor arma contra la piratería.